MEPyD propone en el informe “Monitor de la Frontera” políticas que promuevan el cierre de brechas educativas, laborales y urbano-rurales
Santo Domingo. - El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo publicó el informe “Monitor de la Frontera” correspondiente a julio de 2022, que aborda las condiciones demográficas de esta zona del país. El mismo, como parte de la “Estrategia de Desarrollo para la Zona Fronteriza: MiFronteraRD”, recomienda políticas públicas que favorezcan el cierre de brechas educativas, laborales y urbano-rurales para aumentar las competencias de su población y su capacidad de inserción en la dinámica económica del territorio.
El documento, basado en datos de ENHOGAR 2021, indica que la zona fronteriza pierde consistentemente población en los tramos etarios productivos, lo cual aumenta la prevalencia en situación de dependencia (envejecientes e infantil). La población en edad de trabajar supera el 60 % y la población infantil un 30 % del total. Asimismo, los datos evidencian el predominio de la población masculina en el territorio (51%).
Respecto al estado civil, 4 de cada 10 personas reportaron encontrarse casadas o conviviendo en unión libre. Por otro lado, se observa que 3 de cada 10 personas se reportaron como solteras.
Se destaca el predominio de personas de los grupos socioeconómicos bajo y muy bajo (54 %) con énfasis en las provincias de la región Sur. Específicamente, Bahoruco (64 %) y Elías Piña (74 %) son las provincias con mayor concentración de personas de los referidos grupos socioeconómicos a nivel nacional.
Señala que, para la zona fronteriza, los niveles de escolaridad disminuyen a una edad más temprana que en el resto del país; en promedio, los habitantes de la zona fronteriza dejan de seguir educándose aproximadamente a los 17 años, mientras que en el resto del país la educación no se estanca hasta los 21-22 años. Esta característica puede asociarse a distintos factores de vulnerabilidad dentro del territorio como la pobreza, baja conectividad, deficiencia de acceso al servicio educativo, entre otros.
“Este rezago también se evidencia en la jefatura del hogar, en donde los niveles de escolaridad son más bajos en la zona fronteriza. También se puede observar que, tanto en el territorio como en el resto del país, las jefas de hogar suelen tener una escolaridad mayor que los hombres”, apunta el documento.
El informe explica, sobre la zona de residencia de la población, que más de un cuarto (28 %) de los habitantes vive en zonas rurales, fracción considerablemente mayor que en el resto del país (16 %). Dicho porcentaje es mayor en las provincias de Elías Piña y Santiago Rodríguez, las cuales se caracterizan por estar atravesadas por importantes sistemas montañosos y donde la población depende significativamente los recursos naturales de su entorno.
La distribución de hombres y mujeres en las zonas urbanas es equitativa mientras que en la zona rural es más masculinizada (54 %), especialmente en Pedernales (67 %), señala la publicación mensual, elaborada por la Dirección de Políticas de Desarrollo de la Zona Fronteriza.
“Los territorios rurales de la zona fronteriza suelen presentar un rezago importante a nivel socioeconómico si los comparamos con las zonas urbanas, característica que puede haber influido para que la población rural se haya reducido en un 4 % con respecto a 2018 y un 26 % con respecto a 2010”, detalla el texto.
Oportunidades a partir de MiFronteraRD
El informe destaca la necesidad de establecer políticas diferenciadas que promuevan el cierre de brechas entre la población del territorio y, en particular, que estimulen la participación laboral femenina.
En este sentido, resalta la importancia de incrementar la participación femenina en el mercado laboral en vista de los resultados positivos que representa para la economía.
Para esto es importante disminuir el déficit de centros de atención a la primera infancia y crear mecanismos que promuevan la distribución equitativa de las responsabilidades domésticas y de cuidados.
En términos de educación, el informe propone reducir la barrera para que los jóvenes lleguen a una escolaridad promedio más alta. Adicionalmente, se sugiere la promoción del aprendizaje continuo en las personas mayores de 20 años. La reducción de estas barreras se traduciría en una mejora en el acceso y calidad de educación, así como apoyo a nivel económico que minimice la deserción escolar en el territorio.
Finalmente, se recomienda reenfocar las políticas existentes hacia la población rural dentro de la zona fronteriza debido a la considerable fracción de habitantes rurales dentro del territorio y al rezago multidimensional que presentan estas comunidades en comparación con los centros urbanos.